COMENZAR TODOS LOS DÍAS
El pasado año miraba con detenimiento y reflexionaba los últimos días que ese año me traía. Especialmente el último viernes y sábado de diciembre.
Eran, o más bien, fueron días que dentro de todo, la nostalgia se apoderaba de mí y pensaba sobre cada una de las experiencias que me tocó vivir.
Sin lugar a duda, hay años que marcan más que otros. En cada uno encontramos oportunidades de crecer como individuos, ser mejores personas y desarrollarnos para un futuro.
Pero si hay algo constante para mí, es que la nostalgia de todos los éxitos y también frustraciones llegan a mis pensamientos.
El sentimiento de revivir lo que ya pasó y de alguna manera me hizo bien o mal, es uno presente.
Siempre han sido días que más allá de la alegría me traen templanza, compasión y serenidad.
Dentro de todo, me fascina ver a mis compañeros y amistades llenos de energía y euforia para despedir el año. Desde comprarse un traje nuevo, recortarse, pintarse el pelo, pasarse la plancha, hacerse unos risos o las uñas, hasta lavar el carro y beber como si no hubiera mañana.
Es bonito poder recordar, con alegría o tristeza, o el sentimiento que sea; pero recordar, siempre mirando atrás con la frente en alto.
Sin embargo, este año, para mí es distinto.
Desde la inestabilidad, el sufrimiento, los fracasos y la incertidumbre, hasta hoy que a diferencia de años pasados no me preparo para despedir el año; sino para comenzar.
Si aún estás leyendo, te agradezco, lo que leíste es simplemente cosas que yo siento. Y justamente por haberme leído, te pido que me regales un minuto más.
Hoy, además de comunicar y redactar cosas que tengo adentro. Quiero exhortar a cada una de las personas que lea este escrito.
Quiero, que de hoy en adelante, todos (y me incluyo) le demos más énfasis a la habilidad de comenzar que a la de terminar.
Muchas veces nos quedamos estancados en algo porque se nos hace difícil cerrar una puerta. Se nos hace difícil dejar o cambiar de trabajo, desprendernos de una persona y hasta de familiares que nos atrasan.
Quiero que este año, piensen en cómo van a comenzar ese algo que los llena.
Que tengan presente que el comienzo siempre será de mayor valor que el final y que el final siempre es desconocido.
Que, a decir verdad, hoy sí, estamos vivos, pero mañana nadie tiene esa garantía.
Y es por esa misma razón que los finales no están, ni estarán en nuestras manos. Muchas veces las cosas se acaban, sin nosotros quererlo y más que todo sin poder prepararnos.
A diferencia de eso, la decisión de comenzar siempre está.
Para el 2018, es importante que sobre todas las cosas te des la oportunidad de sentir y hacer lo que tu cuerpo te pida.
Dejar a un lado los miedos y esas limitaciones consistentes que te impiden vivir las mejores y más valuables experiencias que la vida te va a regalar.
Pensar que el tiempo presente será el que configurará tu futuro, y sobre todas las cosas te hará feliz.
En este nuevo año, enamórate con la idea de comenzar; la idea de hoy; y la de sonreír.
Simplemente, porque estas vivo y cada segundo es un regalo más allá de nuestra voluntad.
Se comienza todos los días.
BENDICIONES.

You might Also Like

