EL CÁNCER DE TODOS
MUTACIÓN.
DIFERENTE.
INTRUSO.
MALIGNO.
Son solo algunas de las palabras que vienen a mi mente cuando leo Cáncer. Pero claro, este soy yo siendo “polite” y suavecito.
Realmente, lo que quiero decir es…
MALDITO CABRÓN.
POR QUÉ LLEGASTE.
AHORA TODO SERÁ DISTINTO.
MI VIDA VALE MÁS.
Yo no tengo familiares con Cáncer, pero basta con una noticia de él para cansarme, lamentarme y preocuparme a la misma vez. Es una palabra que provoca miedo, en todos los sentidos.
Cáncer; el que muchas veces llega de forma inesperada… así… de la nada. Se acomoda en nuestros seres queridos, esos seres excepcionales que la vida nos regala.
Es súper extraño como en un segundo cambia TODO; 360° grados. La realidad que conocíamos se desaparece en nuestras narices; YA NO ES.
¿Qué hacemos para dar la batalla ?
Los tratamientos son BIEN CAROS y si al menos tuviéramos la energía pa’ ganarnos el peso estoy seguro que sudaríamos hasta que el cuerpo se nos derrumbe; se nos desplome;
Pero qué les puedo decir… si el cuerpo ya lo está, y no es de trabajo es de enfermedad.
MI CASA ES EL HOSPITAL.

Inyectándome, sacándome placas todos los días para intentar guerrear con esta cosa. Es un dolor constante, diario, que saca lo mejor de mí.
Y así, sacando lo mejor de mí, es que se convierte en un dolor de todos y para todos.
Cáncer.
Porque me dio cuando jamás pensé que me iba a dar.
Lleno de vida, con mucho por delante, queriendo cambiar al mundo.
Queriendo ser la mejor persona que puedo ser; me tocó.
Como nos ha tocado a todos.
TODOS LO TENEMOS

El cáncer es de todos cuando día a día decidimos dejar de vivir, dejar de soñar y dejar de amar. Cuando le ponemos el pie al vecino, cuando no dejamos cruzar al peatón, cuando nos estacionamos en el impedido, o bajamos las canciones piratias’. Cuando jodemos al otro sin importar las consecuencias; sabiendo que ese otro puede ser mi hermana o tu mamá.
El cáncer de todos, es la mierda en la que nos hemos convertido
Aceptando el desorden y las cosas mal hechas como "el pan nuestro de cada día."
Dejando en segundo plano a la familia.
Cogiendo de zángano a todos los que podamos; y sintiéndonos orgullosos de eso.
Parecería que no tiene cura.
Es el cáncer social; el que nos miente y nos destruye.

Y aunque muchos no lo tenemos, nos debería de dar a todos, para así poder entender que hoy puede ser el último día y por eso no hay tiempo que desperdiciar, ni espacio para envidiar, ni para tener rencor.
La manera de vencer el cáncer es con nuestra voluntad de vivir. Agradecidos a diario de tener una nueva oportunidad.
La cura está en nosotros mismos. Sabiendo observar y amar la grandeza de estar presente un momento más.
A todos los pacientes de cáncer, mis mejores vibras, amor y fuerza.
A cada persona que lea esto un fuerte abrazo, de esos que se cicatrizan para siempre.
Nada más lindo que sonreír todos los días, y por más que la vida parezca automática cada día representa una nueva oportunidad para sentir, vivir, y crecer.