-NO
¿Alguna vez te has preguntado por qué razón te sientes mal cuando dices “que no”?
Es como casi automático.
La emoción negativa se apodera de nosotros.
Si.
Como si nuestro cuerpo de manera inmediata reconociera que la palabra NO, lleva en sí misma una acción negativa que nos hace mal.
Entonces, por evitar ese sentido, muchas veces la obviamos y optamos por lo opuesto; por decir que SÍ.
Me parece curioso, que el valor de la sinceridad u honestidad es uno de gran prestigio. Sin embargo, la honestidad en la palabra NO, es una que generalmente no agrada, ni es apreciada.
Nosotros los seres humanos, vivimos en una constante búsqueda de la verdad, tratando de vencer las incertidumbres que conocemos a diario.
Buscamos la verdad para entender todo lo que nos rodea. Y una vez pensamos que la conocemos, hasta ignoramos la relatividad que existe en sí misma.
Y esto pasa en todo.
Biología, Química, Matemática, Sociología, Psicología, Religión; y si sigo no paro.
Verán, aunque la verdad sea una misteriosa, que todavía hoy nadie ha podido descifrar. La importancia de su significado recae en el valor intrínseco que evoca en cada uno de nosotros.
La verdad.
Más allá de un concepto, es la naturalidad que existe en cada persona y su manifestación asertiva hacia ella.
La verdad.
Es poder ser fieles a lo que sentimos y aceptar lo que somos.
Sin miedo y sin prejuicio.
Es decir que NO.
A todos y cada uno de los escenarios y circunstancias que nos provocan miedos, dudas e inseguridades.
Decir que NO, cuando lo sentimos, lo vivimos y necesitamos.
NO.
Es una de las palabras más reprimidas en todos nosotros; y en contraste, es una de las palabras que más necesitamos para poder abrir nuevos caminos y ser mejores personas.
NO, al igual que un SÍ, es una de las pocas palabras que nos presentará oportunidades de vida, y así como un SÍ debemos aceptarla.
NO, necesariamente tienes que estar de acuerdo con esto que aquí escribo y precisamente de eso se trata nuestra verdad.