LA PRIMERA VEZ QUE FUI A UNA PSICÓLOGA
03 de septiembre del 2013.
Fue bien difícil aceptar que tenía que buscar ayuda, y más aún cuando no podía contarle de esto a nadie.
Los psicólogos son pa’ los locos.
Crecí escuchando esa frase desde chiquito, pero la verdad es que yo no me sentía loco. Yo me sentía frustrado y perdido. Estaba en una relación de pareja en la cual no me sentía bien, pero tampoco sabía cómo bregar.
Tu sabes, uno siempre tiene dos o tres panas que te dicen “No te quites, sigue ahí” ó “Déjala pal’ carajo”. Pero al final del día es difícil poder tomar una decisión correcta, cuando estás perdido y herido a la misma vez.
Yo todavía era un chamaquito, tenía 23 años, pero a veces a esa edad uno se cree lo tiene todo “FIGURED OUT”.
El punto es que lo hice, fui a una Psicóloga, me atreví, aunque el tema era un tabú.
Está bien complicado confesarle tus verdades y problemas a una persona completamente extraña, que no te conoce, ni tiene idea de dónde vienes.
Confesar todas las veces que mentiste, que lloraste, que te las pegaron y que te sentiste como mierda. O, todos esos momentos que estuviste deprimido, porque sentías que no te correspondían, que no te querían, que no eras importante o que eras plato de segunda mesa.
Ser completamente vulnerable, listo para ser juzgado por un extraño; así se sentía esa primera visita.
DAR A CONOCER TU CRISIS EXISTENCIAL.

"El trabajo es una mierda, no me llena lo que estoy haciendo”
“Mi novia es un celosa que no me deja salir con mis amigos”
“Ya mismo llegan los 30, y estoy jamona”
La crisis, la soledad, el trabajo, el gym, los amigos y todas las situaciones que que se nos presentan, son solo oportunidades para poder recapacitar, evaluar dónde estamos, hacia dónde vamos y el propósito en nuestra vida.
Así me lo hizo entender ella, mi Psicóloga; POR EJEMPLO:

Cuando mi pareja me invitaba a salir con las amigas a un "girls night", era bien difícil. Yo no quería decirle que no, pero sabía que esto significaba ser el único hombre en el grupo. Lo cual, no tiene nada mal, pero sí, era medio aburrido no tener cómo entrarle a las conversaciones entre ellas. Tu sabes, hay cosas que se hablan de amigas y no de pareja, a veces me sentía out of place y quería irme.
Sin embargo, una de las cosas que aprendí en el camino fue a disfrutar ser las papitas del hamburger.
Sí, las papitas.
Cuando tu compras un combo de un Whopper, el centro de atención es el Whopper, siempre lo va a ser, es un realidad, pero el combo no es el mismo si le quitas las papitas y el refresco;
Las papitas y el refresco aunque no sean protagonistas, son complementos que le añaden experiencia, valor, y en este caso sabor a ese combo.
Yo era las papitas, y para que ese combo le metiera, fuera bueno y los "girls night" se sintieran completos, yo tenía que estar ahí.
Ir a mi psicóloga, se convirtió en algo común y necesario, como un estilo de vida. Es irónico que si nos rompemos un tobillo nos ponen un yeso y cogemos terapia para volver a tener movilidad, ó si hacemos ejercicio nos encanta ir al quiropráctico y publicar que nos están ajustando para tener un mejor rendimiento. Sin embargo, ¿qué pasa cuando una persona nos trauma?
Nos pegaron cuernos (por ejemplo), o nos maltratan psicológicamente siendo pasivo-agresivos, gritándonos, engañándonos, manipulándonos o bullyándonos.
¿Cómo lo manejamos?
¿Cómo lo superamos?
Nunca nos enseñan que todas esas experiencias se convierten en heridas, sentimentales y emocionales. Heridas que se reprimen y terminan siendo inseguridades dentro de nosotros mismos, limitándonos en muchos aspectos.
No lo digo yo, lo dice Guy Winch, es importante tener una buena HIGIENE EMOCIONAL. Al igual que cualquier otra herida física, nuestras heridas emocionales tienen que ser atendidas y tratadas.
No por el pana que me dijo que siguiera pa' lante, sino por un un profesional en el tema.
Cuando vas a un psicólogo, no es que estás loco, quizás más loco está el que te lo dice.

Sencillamente comienzas un proceso de "self-development" o auto desarrollo. En efecto, mucho más cool y efectivo que leer "The Subtle Art of Not Giving a Fuck"
Al final, absolutamente nadie tiene la fórmula perfecta, o la vida ideal.
Tener todo “figured out” no existe, y si existiría, sería bien porquería.
Es normal sentirse solo, sentirse feliz, sentirse perdido o necesitar un cambio.
Encontrarse es un proceso continuo de crecimiento y madurez. La verdad no está escrita en piedra, y son las experiencias las que nos llevan a encontrar nuestra realidad individual y auténtica. Esa que sí nos llena y lleva a vivir la vida que queremos vivir.
Al final del día…
Se trata de apreciar cada momento como único, y disfrutarlo sin cuestionar su por qué.
"YOU ONLY LIVE ONCE"
