COCO, PARCHA O PIÑA
Pedro, al igual que todos nosotros está viviendo un tiempo complicado. Cada cual, a su manera, logra internalizar el golpe que recibimos hace dos (2) meses en Puerto Rico.
Echando pa’ lante, guiando el carrito de Hato Rey a Río Piedras.
Él, busca lograrse el peso.
A veces llueve y se complica, en otras el sol es ardiente y el sudor no termina de colarse en su ropa. Los recursos son más inciertos y la inestabilidad más certera, sin embargo, aun así, su ánimo y corazón sigue vigente, sigue consistente “Vamos a salir de esto.”
—
La otra cara de la moneda, es la que muchas veces evitamos. Desde un pueblo olvidado, un familiar abandonado o un problema no resuelto. Puerto Rico, es un país nutrido, es un lugar de esplendor. También es un lugar de mentira. Un paraíso para muchos y un infierno para otros.
Localización caribeña llena de lujos. Donde se habla inglés, se come rico, se vive “barato” y se despeja la mente, “I live where you vacation”.
Espacio latino, que se inunda en pobreza e impotencia, donde la enfermedad se propaga, la pobreza es ley, y la supervivencia es cotidiana.
No se puede tapar el sol con un dedo, y no se puede ignorar que NO somos lo que creímos ser.
Pero.
De esa misma manera, nuestra gente brilla, nuestra gente se regocija y nuestra gente no se quita.
Aquí, como dice René, hay “Raza Brava”, al son del cariño y calidez nos ganamos a cualquiera.
Le ofrecemos arroz con salchicha al vecino, la jamonilla se fríe como se pueda y el Pitorro no se acaba.
Parrandeamos con energía eléctrica o con un quinqué.
Mientras otros se desprecian y sus gobernantes los separan, nosotros seleccionamos acompañarnos y dar el todo por el todo.
Encontramos día tras día la oportunidad de ser mejor que ayer, así lo demostramos y demostraremos ante el mundo.
Borinqueños;
Puertorriqueños.
Personas que en tiempos de odisea sacamos nuestra cría. Compartimos nuestro helado, de coco, parcha o piña. Y triunfamos ante la adversidad.
Al final, Tú y yo, como Pedro, guiaremos nuestro carrito hacia las distancias más extensas, hacia los climas más complicados, hacia las incertidumbres más escalofriantes.
Sin miedo, sin tapujos.
Con un buen Puñeta.
Sin que se nos paren al lado.
Saldremos de esta “mierda” y miraremos atrás con orgullo.
Con fe, esperanza, fuerza, consistencia y humildad.
